Estar perdido es horrible y llevo demasiado tiempo sin rumbo, tanto que ya no recuerdo ni hacia dónde me dirigía, sólo sé que no sé absolutamente nada. Es gracioso, porque yo soy siempre ese chico que da consejos y que no sabe aconsejarse a si mismo. Lo gracioso es que normalmente acierto aconsejando a los demás, si todo fuese tan fácil… Perdón, si yo no creyese que es tan complicado, porque a fin de cuentas lo que vivo yo, lo vive todo el mundo.
Hace poco leí un tuit de una amiga que decía que la vida es un 10% lo que te pasa y un 90% como te lo tomas y pocas veces estaré tan de acuerdo con una frase de menos de 140 caracteres.
¿Por qué nos empeñamos en complicarlo todo? Se supone que todos pasamos por lo mismo, ¿no?; nacemos, aprendemos a andar y nos caemos, empezamos a hablar y aprendemos tacos, conocemos gente, nos enamoramos, nos hacen daño y a veces, sale bien. Es tan sencillo que no entiendo cómo nos afecta de distinta forma; es injusto, pero claro, la vida no es justa.
¿Cómo puedo estar tan perdido y saber perfectamente dónde estoy? Seguramente es porque no sé donde quiero estar, por eso escribo. Escribir me tranquiliza, me obliga a organizarme y pensar, algo que no hacía últimamente. Me sentía vacío, cíclico y aburrido, y creedme, es lo peor que os puede pasar. No tener tiempo de pensar, de pensar para vosotros.
Necesito una tregua entre mi cerebro y mi mente. Bona nit.
Música: Lista de reproducción: Keep calm and let’s play acoustic.